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lunes, 3 de mayo de 2010

Alexitimia

ALEXITIMIA, INCAPACIDAD PARA DEMOSTRAR AFECTO

El vocablo alexitimia proviene de las raíces griegas a (sin), lexis (palabra) y thimos, (afecto), es decir, sin palabras para los afectos. En 1972 se asignó el término a personas que muestran incapacidad para identificar en sí mismas el componente afectivo de las emociones y, por tanto, no pueden expresarlas verbalmente.

Pese a que la alexitimia apenas se abre paso entre la psiquiatría a nivel mundial como motivo de investigaciones científicas, en nuestros días puede hacerse una clasificación de la enfermedad:

Primaria. Se debe a predisposición genética o anomalías neurológicas que pueden presentarse al nacer o por efecto del consumo de drogas. Su fundamento básico parte de que la emoción, en la mayoría de las personas diestras, se localiza en el hemisferio derecho del cerebro y la expresión verbal en el izquierdo, de forma que la poca, o nula, comunicación entre ambas zonas ocasiona incapacidad para expresar y describir sentimientos; cabe destacar que ello no significa que quien la padece no sienta afecto.

Secundaria. Como secuela de un traumatismo emocional grave que bien pudo presentarse en la infancia o de una prolongada situación de intenso estrés, lo que ha sido denominado síndrome o trastorno postraumático, el cual incluye alteraciones físicas y psicológicas en quienes han sufrido horror extremo (violación, tortura, secuestro, desastres naturales o accidentes), el cual puede llegar a ser incapacitante.

Lo anterior se observó en un estudio científico con supervivientes de los campos de concentración nazis y veteranos de la guerra de Vietnam. Los especialistas lo explican como un mecanismo de defensa y de negación ante traumas y conflictos, que reprime tajantemente los sentimientos.

Por otra parte, algunos investigadores relacionan estrechamente al factor sociocultural con la alexitimia, del cual forman parte los modelos de comunicación familiar y de aprendizaje social. Mire usted, un bebé es incapaz de hablar o de organizar sus experiencias emocionales a causa de su inmadurez verbalizadora, por lo cual depende de otra persona para aprender a identificar y manejar sus estados emocionales. Es así que la enseñanza de cariño de quienes lo rodean permitirán al niño expresarse, al mismo tiempo que va creciendo mentalmente. Las constantes anomalías en la comunicación madre-hijo, e incluso padre-hijo, son factores que promueven el desarrollo de esta enfermedad.

Rasgos

Si bien la alexitimia puede aparecer a cualquier edad, incluso desde la infancia, va aumentando con la edad, de modo que por cada 10 jóvenes afectados hay 14 adultos. El catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Dr. Francisco Alonso-Fernández señala que puede hablarse de dos tipos de pacientes con alexitimia: "los que ni sienten ni expresan, y los que sienten pero no expresan". En ambos casos comparten los mismos rasgos que un paciente con depresión, pero en el alexitímico serán más acentuados:

  • Anhedonia (incapacidad para experimentar placer).
  • Ausencia de apetito sexual.
  • Conformismo.
  • Desplazamientos rígidos y lentos.
  • Dificultad para establecer vínculos afectivos.
  • Falta de energía.
  • Impulsividad.
  • Incapacidad para reconocer los estados emocionales ajenos.
  • Nula comunicación; se muestran serios y aburridos.
  • Poca o nula actividad imaginativa, de fantasía o sueños.
  • Tendencia a establecer relaciones interpersonales estereotipadas, ya sea de dependencia o de aislamiento.
  • Visión poco clara de la realidad.

La alexitimia es más común en los hombres, de hecho, por cada 10 varones con este problema sólo hay dos mujeres. La explicación se debe a que la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales femeninos es mejor, a diferencia de los masculinos, ya que la estructura que los une (cuerpo calloso) es más voluminoso, lo que facilita mejor interconexión neuronal.

El poco tiempo que la alexitimia tiene de haberse incorporado a la ciencia como motivo de estudio, hace que aun se preste a muchas interrogantes. Una de ellas es el tratamiento, ya que el primer paso para superar el problema es reconocer que se tiene, lo cual, como en muchos trastornos mentales o neurológicos, difícilmente es aceptado por el paciente. Una vez superado este obstáculo debe hacérsele ver la necesidad de ayuda mediante terapias psicológicas apoyadas en alto porcentaje de casos por medicamentos (neurolépticos, ansiolíticos -ambos son tranquilizantes, prescritos para el tratamiento de ansiedad- o antidepresivos).

La ciencia no se detiene y aun se sigue investigando sobre la alexitimia. Es así que igualmente se tienen incipientes indicios de relacionarlo a individuos que han padecido adicciones (alcohol, drogas o conducta sexual compulsiva), hipertensión, artritis reumatoide, enfermedades inflamatorias intestinales (úlcera o colitis), en mujeres durante el síndrome premenstrual y en pacientes con trastornos de conducta alimentaria, como obesidad, anorexia (ausencia de apetito y distorsión del enfermo en cuento a su imagen corporal por temor extremo a la obesidad) y bulimia (igualmente, por miedo al sobrepeso el paciente suele comer compulsivamente y posteriormente toma laxantes, se provoca vómito, ayuna o hace ejercicio en extremo para no alterar su figura).

Asimismo, algunos estudios han arrojado resultados primarios al relacionar el padecimiento con personas que sufren trastornos psicosomáticos, es decir, dolencias físicas sin causa aparente creados por la mente, generalmente como consecuencia de problemas emocionales (depresión y ansiedad).

Finalmente, el Dr. Alonso-Fernández, miembro de la Real Academia Española de Medicina, identifica una pregunta clave para descubrir este padecimiento: ¿cómo se sentiría si viera venir hacia usted un camión a más de 100 kilómetros por hora? El psiquiatra indica que mientras la respuesta más habitual es "me sentiría aterrado o paralizado o echaría a correr", el alexitímico contestaría sin dudar "no sé", y se quedaría muy tranquilo sin preocuparse por tal cuestión.

CUESTIONARIO DE ALEXITIMIA

video de alexitimia